En la Edad Media se cobraba un peaje para poder entrar al pueblo por él además de que servía como puesto de vigilancia y defensa con sus dos altas torres.
El puente te conduce a un laberinto de calles muy estrechas con edificios medievales muy bien conservados. Es un pueblo con mucho encanto.
Se puede visitar un museo muy interesante dedicado a las micro-miniaturas llamado Micromundi. Con la ayuda de microscopios podemos apreciar un mundo totalmente creado en dimensiones realmente reducidas como por ejemplo una caravana de camellos pasando por el ojo de una aguja (literalmente) interiores de comercios de época, etc
Se puede ir en bus público desde Barcelona pero hay sólo dos diarios lo que te obliga estar todo el día en el pueblo lo cual es demasiado ya que es pequeño y no te permite aprovechar el resto del día para visitar algún pueblo más de la zona. Lo ideal es tener vehículo propio.
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